La producción:
En televisión
la producción hace referencia a los procesos
de realización del programa. De esta manera, el equipo de producción
engloba a todo el personal de un programa organizados en torno a las figuras
del realizador y del productor.
La función del productor consiste en dirigir la organización y la administración
del programa. Entre otras tareas selecciona ideas, controla el presupuesto
y coordina al equipo de realización y dirección. Tiene como subordinados
a varios ayudantes –número variable según la complejidad del programa–
que realizan las tareas de campo, contrataciones, citaciones y control
de los elementos de grabación.
Según
la magnitud del programa el realizador y el productor cumplen dos tipos
de funciones:
Funciones
combinadas: cuando el programa es de poca envergadura, el productor y
el realizador pueden ser la misma persona. En realidad el realizador hace
las funciones de director del proyecto y se contrata a un realizador muy
técnico con menor capacidad de decisión. La figura del director-productor,
que vemos por ejemplo en el programa El
Club de la comedia, se responsabiliza de toda función artística, creativa,
contractual y supervisora de operaciones en el estudio.
Funciones
separadas: si el programa es un programa muy complejo, realizador y
productor son personas diferentes, siendo el productor responsable de
la organización, financiación, promoción, gestión del trabajo de varios
realizadores y en ocasiones de la coordinación artística.
El
modelo de organización por etapas,
y con independencia de los que completemos en epígrafe posteriores, es
en sus líneas generales el siguiente:
Preproducción; que abarca las fases de guión, contratación de equipo
técnico y artístico, creación
de grafismo del programa sus créditos, títulos, y gráficos, con ellos
se marcará el estilo del producto. Es en esta primera etapa cuando se
crea el montaje escénico, instalando los decorados,
tanto reales como virtuales, montándose la iluminación, el sonido y los
elementos que deban intervenir durante la grabación. Finalmente se diseña
un mapa de coordinación donde
se indican todos los elementos que van a intervenir en la grabación para
que todo el equipo esté informado.
Producción:
hablaríamos aquí de la grabación propiamente dicha del programa y de todos
los procesos que posibilitan la puesta a punto, tales como las comprobaciones
preliminares de los aparatos técnicos o de las citas de los actores o
invitados. Tampoco hay que olvidar los ensayos en los que se establecen
las decisiones últimas de realización. Una vez encajadas todas las piezas,
se realizan las tomas hasta grabar el programa entero.
Postproducción: una vez dada
por terminada la grabación, se procederá a dotarla de unidad con las mejores
tomas en edición y en sonorización. Una vez aprobada la versión definitiva,
se procederá a duplicarla tanto para su emisión como para su posterior
conservación en el archivo.
lunes, 17 de diciembre de 2012
3 El lenguaje de la television : Los estudios de televisión
3.1 Los estudios de televisión
Toda cadena de Televisión, grande o pequeña, requiere de un espacio donde organizar y ejecutar los elementos que componen su producción. En la gran mayoría de los casos, toda esta estrategia laboral se desarrolla en interiores conocidos como estudios de televisión, la verdadera fábrica de los programas de televisión.
El Estudio:
Es un espacio similar a un plató de cine. Es decir, es el espacio en el que van a situarse los decorados y los personajes, actores, presentadores, artistas, invitados...para ser grabados. Su tamaño variará según el tipo de programas, puesto que mientras un informativo o un programa de entrevistas puede no necesitar más que un espacio del tamaño de una habitación grande, un programa de variedades, con actuaciones musicales y público puede requerir de una gran nave. El área de grabación consta básicamente de una serie de panós o de forillos, una parrilla de iluminación elevada, un revestimiento aislante de la acústica, una puerta de acceso coronada por un luminoso indicador de si se está grabando o no, cámaras –en número mínimo de tres-, micrófonos y numerosos sistemas de conexiones, tanto para los materiales técnicos como eléctricos.
El Control de Realización:
Si el estudio es el cuerpo de la televisión el control de realización del estudio es su corazón; el control es el espacio desde el que el realizador y el personal técnico especializado controla el proceso de producción. En el control podemos distinguir cuatro áreas claramente delimitadas por sus funciones: área de producción, el lugar desde el que se dirige el programa y que acoge al realizador, al ayudante de realización y al mezclador de vídeo; área de control de vídeo, desde donde se dirige la iluminación y se cuida la calidad técnica de la señal de vídeo; área de control de audio, espacio para asegurar una perfecto registro de sonido; y área VTR, zona de magnetoscopios y reproductores para intercalar imágenes regrabadas (por ejemplo, en un informativo, los reportajes grabados en exteriores).
Control de Continuidad:
Existen en los estudios otras dependencias que garantizan el buen funcionamiento del mismo como el control de continuidad que es el centro de selección de las diversas fuentes de imágenes que constituyen la programación: publicidad, ‘mosca’ identificativa de la emisora, advertencias, etc. Desde aquí se incorpora la voz en off cuando falla el sonido en una retransmisión.
Y las áreas auxiliares que cumplen funciones de apoyo a los controles principales. En concreto: área de grafismo, estrechamente vinculada a la de producción y realización, área de reparación, laboratorio de soporte para pequeñas averías; área de almacenamiento de equipos, donde se conservan los equipos de reserva de todo tipo, cámaras, filtros, ópticas, micrófonos y los equipos portátiles; área de almacenamiento de la decoración, donde se guarda el atrezo, los forillos y los fondos; área de montaje, salas de edición de programas o de noticias; y área de archivo, donde se conservan todos los programas emitidos bajo especiales condiciones temperatura y de humedad.
Toda cadena de Televisión, grande o pequeña, requiere de un espacio donde organizar y ejecutar los elementos que componen su producción. En la gran mayoría de los casos, toda esta estrategia laboral se desarrolla en interiores conocidos como estudios de televisión, la verdadera fábrica de los programas de televisión.
El Estudio:
Es un espacio similar a un plató de cine. Es decir, es el espacio en el que van a situarse los decorados y los personajes, actores, presentadores, artistas, invitados...para ser grabados. Su tamaño variará según el tipo de programas, puesto que mientras un informativo o un programa de entrevistas puede no necesitar más que un espacio del tamaño de una habitación grande, un programa de variedades, con actuaciones musicales y público puede requerir de una gran nave. El área de grabación consta básicamente de una serie de panós o de forillos, una parrilla de iluminación elevada, un revestimiento aislante de la acústica, una puerta de acceso coronada por un luminoso indicador de si se está grabando o no, cámaras –en número mínimo de tres-, micrófonos y numerosos sistemas de conexiones, tanto para los materiales técnicos como eléctricos.
El Control de Realización:
Si el estudio es el cuerpo de la televisión el control de realización del estudio es su corazón; el control es el espacio desde el que el realizador y el personal técnico especializado controla el proceso de producción. En el control podemos distinguir cuatro áreas claramente delimitadas por sus funciones: área de producción, el lugar desde el que se dirige el programa y que acoge al realizador, al ayudante de realización y al mezclador de vídeo; área de control de vídeo, desde donde se dirige la iluminación y se cuida la calidad técnica de la señal de vídeo; área de control de audio, espacio para asegurar una perfecto registro de sonido; y área VTR, zona de magnetoscopios y reproductores para intercalar imágenes regrabadas (por ejemplo, en un informativo, los reportajes grabados en exteriores).
Control de Continuidad:
Existen en los estudios otras dependencias que garantizan el buen funcionamiento del mismo como el control de continuidad que es el centro de selección de las diversas fuentes de imágenes que constituyen la programación: publicidad, ‘mosca’ identificativa de la emisora, advertencias, etc. Desde aquí se incorpora la voz en off cuando falla el sonido en una retransmisión.
Y las áreas auxiliares que cumplen funciones de apoyo a los controles principales. En concreto: área de grafismo, estrechamente vinculada a la de producción y realización, área de reparación, laboratorio de soporte para pequeñas averías; área de almacenamiento de equipos, donde se conservan los equipos de reserva de todo tipo, cámaras, filtros, ópticas, micrófonos y los equipos portátiles; área de almacenamiento de la decoración, donde se guarda el atrezo, los forillos y los fondos; área de montaje, salas de edición de programas o de noticias; y área de archivo, donde se conservan todos los programas emitidos bajo especiales condiciones temperatura y de humedad.
viernes, 14 de diciembre de 2012
2.3 La televisión durante la Transición democrática
A pesar de que existe una coincidencia generalizada sobre la importancia histórica que posee el periodo conocido como la Transición de la dictadura a la democracia (1976-1982), lo cierto es que no se ha subrayado suficientemente el decisivo papel que jugo el medio televisivo en el conjunto del proceso político. Y eso que, excusado es decirlo, la televisión era ya en ese tiempo la principal manera de entretenimiento en nuestro país y en muchas ocasiones la principal (o única) forma de información y conocimiento de millones de españoles. Vista desde la contemporaneidad la Transición en TVE consistió en varias operaciones. En primer lugar, se trató de erosionar los valores sociales que la dictadura había permeabilidad en la sociedad española. No debe olvidarse que hasta el año 1977 o 1978 las encuestas indican que los valores de paz, orden y estabilidad prevalecen frente a los de libertad y democracia. Ciertamente, los responsables de TVE se esforzaron, y mucho, en contrarrestar para los ojos y oídos de la “España profunda” los riesgos de la parálisis o de la involución política. Un ejemplo entre muchos: durante los trágicos días de enero de 1977, con atentados terroristas de extrema derecha y extrema izquierda, el rostro compungido de los presentadores de los Telediarios comunicaba a los españoles, más quizá que los discursos oficiales, lo inadecuado de la violencia como arma política. En segundo lugar, se necesitó legitimar simbólicamente desde las antenas televisivas el incipiente régimen de libertades; para ello se creó un estatuto nuevo para la clase política y para sus actividades públicas al margen del rancio oficialismo del franquismo. Excepcionalmente ilustrativa resulta, en este sentido, la asociación que TVE hizo entre elecciones y la alegría de un hecho extraordinario. La frase de ‘fiesta de la democracia’, que aun hoy se escucha, y que no tiene equivalente en otros países europeos, adquiere su sentido al comprobar las tácticas programáticas televisivas para las noches electorales. Por ejemplo, el 15 de junio de 1977, día de las primeras votaciones democráticas, para amenizar la espera de los resultados, en TVE programan un espacio que con el título de Esta noche fiesta reunió, cual especial de noche vieja, a cantantes de la época como Julio Iglesias, Isabel Pantoja, Manolo Escobar, Georgie Dann o Karina. En tercer lugar, en la Transición se trató de elaborar, a partir de la producción de series, una política pedagógica de los nuevos valores democráticos. Si desplegamos el póquer de las cinco series de mayor repercusión social del periodo, aparecen Curro Jiménez, Cañas y barro, Fortunas y Jacinta, Los gozos y las sombras y Verano azul. Y como el investigador Juan Carlos Ibáñez ha indicado, en todos los casos, sean adaptaciones de novelas o guiones originales, y especialmente en aquellas que más han perdurado a lo largo de las décadas como Curro Jiménez o Verano azul, se trata en sus argumentos de presentar personajes y actitudes que tienen relación con una sociedad en plena transformación, que aprende de sus errores y que busca un nuevo escenario de convivencia. |
|||||||||||||
2.1 La Edad de Oro de la televisión
En la segunda mitad de la década de los años sesenta, cuando los españoles han legitimado a la televisión como su principal forma de ocio, TVE vive su particular edad de oro. Sin problemas financieros significativos, la televisión española se ha convertido, en poco más de una década, en una máquina de hacer dinero, con capacidad de producción para elaborar programas competitivos en el contexto de los festivales europeos. Probablemente, el salto adelante se basó en que en España, a diferencia del resto de las emisoras europeas en donde la publicidad televisiva estaba prohibida o muy limitada. Los ingresos se consiguen a partir de lo que se recauda por los anuncios emitidos, por lo que si necesitan mayores presupuestos, basta con aumentar el tiempo de publicidad o subir las tarifas de los anuncios.
Puede decirse que la edad de oro se inicia con la inauguración de los estudios de Prado del Rey en 1964, que acaban con la precariedad técnica de los orígenes, y continúa con la puesta en marcha de la oferta complementaria de TVE 2 (conocida popularmente durante lustros como “el UHF”). De una forma convencional se acepta que con la crisis económica de primeros de los setenta y el fallecimiento de Francisco Franco finalizan los buenos tiempos de la televisión.
Al contar con dos cadenas, los responsables televisivos pudieron dividir la oferta de programas para satisfacer las demandas de la audiencia: la segunda, como veremos en el epígrafe 5, se concibe como una cadena pensada para las audiencias culturalmente más exigentes; por su parte, la primera será la cadena de los programas más populares.
Lo más significativo siempre es la producción propia española.
En primer lugar, los programas de variedades como Gran Parada (el primer gran éxito de la televisión en España), Amigos de los lunes, Salto a la fama (pensado para encontrar nuevas figuras de la canción) o Galas del sábado, entre otros. Los programas de variedades, en su mezcla de actuaciones musicales y pequeños números de humor, usualmente se programaban en la noche de los viernes o en la de los sábados. Ayer como hoy tendencialmente eran presentados por una pareja de hombre y mujer.
En un segundo bloque encontraríamos los concursos de preguntas y respuestas como Cesta y puntos, Un millón para el mejor o en los primeros años setenta el célebre Un, dos, tres... responda otra vez; pero también los programas divulgativos como los de Félix Rodríguez de la Fuente o los infantiles.
Y sobre todo la ficción propia como Novela de treinta minutos de duración por capítulo a lo largo de una o más semanas programadas después del telediario del mediodía o antes del de la noche y Estudio 1, representación televisiva de una obra de teatro y verdadero buque insignia durante más de una década de los dramáticos grabados en vídeo. En este campo de la ficción, y si exceptuamos el primer premio del Festival de la Canción de Eurovisión que consiguió Massiel en 1968, TVE consiguió algunos de los más prestigiosos premios internaciones con obras como El asfalto (1966) o Historias de la frivolidad (1967), ambas de Chicho Ibáñez Serrador o El irreal Madrid (Valerio Lazarov, 1969).
http://www.youtube.com/watch?v=MWcJL7pXoq8
2. El comienzo de la television.
La prehistoria de la televisión
en España
La prehistoria de la televisión en España está, como en tantos otros países, firmemente imbricada en la historia de la radio. En los años treinta, como corresponde al reducido nivel industrial de nuestro país, no existen pruebas experimentales de televisión, pero como corresponde a la efervescencia cultural de la II República se producen vivos debates sobre las características del nuevo medio. Las revistas radiofónicas tales como Radio Sport, Radiosola, TSH, e incluso la prensa como en los diarios La Libertad, El Imparcial, La Vanguardia, El Liberal, se hacen eco de muchas de las noticias que la todavía no nacida Televisión está generando a lo ancho de todo el mundo; y ello hasta tal punto, que un repaso de los debates de aquellos años revela una intensidad de la discusión que no volverá a verse hasta los años sesenta. Asimismo, es frecuente la publicación de libros sobre temas técnicos del mundo de la televisión.
La aparición en Madrid, en marzo de 1933, de la revista Radio Televisión es el ejemplo más modélico del atractivo que suscitaba la televisión en los lejanos tiempos de la II República. La publicación como tal tuvo una vida efímera pero no dejará de sorprender que en España circulara una revista dedicada a la televisión cuando no existían emisiones regulares en ningún lugar del mundo.
En el número 1 de ese año de 1933 en el editorial de presentación se leía: “La televisión vendrá a sumarse al número de inventos que hacen la vida más complicada si se quiere, pero más interesante también”. Visionarios excepcionales sus promotores si recordamos que TVE tardaría prácticamente veinticinco años en comenzar sus programaciones.
La primera exhibición de televisión en suelo español (es decir transmisión a distancia de imágenes y sonidos) se produjo por los técnicos alemanes durante el desarrollo de la Guerra Civil (noviembre de 1938). Los nazis presentaron a Francisco Franco y uno de sus ayudantes la Fonovisión, un sistema de ‘videoteléfono’ que diríamos hoy; se ignora la calidad de la prueba a pesar de que existen fotografías que dan fe de su realización.
Hubo que esperar diez años para que en 1948, en Barcelona y en Madrid, se produzcan las primeras demostraciones de lo que hoy en día entendemos por televisión. En ese año únicamente existen emisiones regulares en Gran Bretaña y en Estados Unidos y a pesar de que se apunta el doble modelo televisivo: público para Europa y privado para América, todavía no están fijadas definitivamente sus características. De hecho las exhibiciones que se hicieron en España fueron realizadas por empresas privadas como la holandesa Philips y la norteamericana RCA en ambos casos con el objetivo de convencer a las autoridades de la bondad de sus ofertas.
Philips organizó en junio de 1948 durante quince días y en el marco de la Feria de Muestras de Barcelona unas pruebas televisivas que alcanzaron un enorme éxito de público, hasta el punto que los primeros espectadores aguardaban pacientes colas durante horas para poder ver la maravilla de la televisión. Las pruebas consistieron en la emisión en directo desde un estudio de unos programas de actuaciones musicales y humorísticas diversas.
Por su parte la RCA intentó en Madrid en agosto de 1948 la retrasmisión de una corrida de toros recibida por los televidentes, en el Círculo de Bellas Artes. El fiasco fue total. Se vio y se oyó poco y mal. Los espectadores crispados exigieron y consiguieron que les devolvieran el precio de las entradas que habían pagado. Un comentarista escribió: “Dentro de unos años esto de la televisión será una gran cosa. Hoy es un juguetito”.
A partir de una fecha indeterminada entre 1951 y 1952, lo que años más tarde se denominará TVE comenzará sus emisiones en prueba. Las emisiones regulares se iniciarán en 1956: la prehistoria de la televisión en España había finalizado.
La prehistoria de la televisión en España está, como en tantos otros países, firmemente imbricada en la historia de la radio. En los años treinta, como corresponde al reducido nivel industrial de nuestro país, no existen pruebas experimentales de televisión, pero como corresponde a la efervescencia cultural de la II República se producen vivos debates sobre las características del nuevo medio. Las revistas radiofónicas tales como Radio Sport, Radiosola, TSH, e incluso la prensa como en los diarios La Libertad, El Imparcial, La Vanguardia, El Liberal, se hacen eco de muchas de las noticias que la todavía no nacida Televisión está generando a lo ancho de todo el mundo; y ello hasta tal punto, que un repaso de los debates de aquellos años revela una intensidad de la discusión que no volverá a verse hasta los años sesenta. Asimismo, es frecuente la publicación de libros sobre temas técnicos del mundo de la televisión.
La aparición en Madrid, en marzo de 1933, de la revista Radio Televisión es el ejemplo más modélico del atractivo que suscitaba la televisión en los lejanos tiempos de la II República. La publicación como tal tuvo una vida efímera pero no dejará de sorprender que en España circulara una revista dedicada a la televisión cuando no existían emisiones regulares en ningún lugar del mundo.
En el número 1 de ese año de 1933 en el editorial de presentación se leía: “La televisión vendrá a sumarse al número de inventos que hacen la vida más complicada si se quiere, pero más interesante también”. Visionarios excepcionales sus promotores si recordamos que TVE tardaría prácticamente veinticinco años en comenzar sus programaciones.
La primera exhibición de televisión en suelo español (es decir transmisión a distancia de imágenes y sonidos) se produjo por los técnicos alemanes durante el desarrollo de la Guerra Civil (noviembre de 1938). Los nazis presentaron a Francisco Franco y uno de sus ayudantes la Fonovisión, un sistema de ‘videoteléfono’ que diríamos hoy; se ignora la calidad de la prueba a pesar de que existen fotografías que dan fe de su realización.
Hubo que esperar diez años para que en 1948, en Barcelona y en Madrid, se produzcan las primeras demostraciones de lo que hoy en día entendemos por televisión. En ese año únicamente existen emisiones regulares en Gran Bretaña y en Estados Unidos y a pesar de que se apunta el doble modelo televisivo: público para Europa y privado para América, todavía no están fijadas definitivamente sus características. De hecho las exhibiciones que se hicieron en España fueron realizadas por empresas privadas como la holandesa Philips y la norteamericana RCA en ambos casos con el objetivo de convencer a las autoridades de la bondad de sus ofertas.
Philips organizó en junio de 1948 durante quince días y en el marco de la Feria de Muestras de Barcelona unas pruebas televisivas que alcanzaron un enorme éxito de público, hasta el punto que los primeros espectadores aguardaban pacientes colas durante horas para poder ver la maravilla de la televisión. Las pruebas consistieron en la emisión en directo desde un estudio de unos programas de actuaciones musicales y humorísticas diversas.
Por su parte la RCA intentó en Madrid en agosto de 1948 la retrasmisión de una corrida de toros recibida por los televidentes, en el Círculo de Bellas Artes. El fiasco fue total. Se vio y se oyó poco y mal. Los espectadores crispados exigieron y consiguieron que les devolvieran el precio de las entradas que habían pagado. Un comentarista escribió: “Dentro de unos años esto de la televisión será una gran cosa. Hoy es un juguetito”.
A partir de una fecha indeterminada entre 1951 y 1952, lo que años más tarde se denominará TVE comenzará sus emisiones en prueba. Las emisiones regulares se iniciarán en 1956: la prehistoria de la televisión en España había finalizado.
lunes, 29 de octubre de 2012
1.6 La televisión en latinoamérica
1.6 La televisión en latinoamérica
Desde que la televisión irrumpe en la vida de las sociedades iberoamericanas, se ha ido consolidando como el principal medio de difusión de masas. Como características comunes debemos señalar el carácter comercial del medio y la estrecha relación que históricamente ha guardado con los gobiernos de turno, tanto civiles como militares. Hoy como ayer, son millones los latinoamericanos que encienden, día tras día, sus televisores para entretenerse e informarse. En sintonía con el investigador australiano John Sinclair (2000), constatamos que si bien cada país tiene su propia historia del desarrollo de la televisión, en el caso de América Latina, es posible observar tres etapas comunes a todos las naciones. A saber:
Primera etapa: correspondiente al período de implantación de la televisión durante las décadas de 1950 y 1960. Esta fase se caracterizó por el “apoyo” prestado por las redes de radiotelevisión estadounidenses (NBC, ABC y CBS) a la consolidación del nuevo medio bajo el modelo comercial. Asimismo, la influencia de las empresas norteamericanas en el Centro y el Sur del continente americano se hizo notar en la exportación de programas y en la inversión de capitales para la creación de emisoras (la presencia del consorcio Time-Life en el grupo O Globo de Brasil, por ejemplo) y en productoras de televisión (como sucedió en Argentina).
Segunda etapa: caracterizada por la madurez de la industria televisiva, tiene lugar en los años 70 y 80. Se trata de mercados nacionales consolidados con una importante producción propia de programas que en algunos géneros, como las telenovelas, se exportan de una manera generalizada..
Tercera etapa: Las emisiones televisivas vía satélite llegan hasta los hogares más remotos. Asimismo, la distribución de señales de televisión por cable alcanza en algunos países (por ejemplo, Argentina) cuotas de penetración altas.
En este nuevo escenario los grandes productores latinoamericanos están formando alianzas con empresas globales, por ejemplo Televisa (México) y Globo (Brasil) con la compañía de Rupert Murdock, News Corporation y Sky Latin America en DTH (Televisión Directa al Hogar). En consecuencia, las audiencias se internacionalizan y, al mismo tiempo, se fragmentan.
Como singularidad del continente puede decirse que grandes mercados de la región están dominados por cadenas de televisión que poseen un doble rol de productoras-emisoras de programas.
Dentro de la producción televisiva de los países que componen el mosaico iberoamericano, cabe destacar un género propio de formato televisivo que los países productores de América Latina exportan hoy a todos los continentes y por los que la televisión latinoamericana es conocida: la telenovela. Según el investigador mexicano Guillermo Orozco (2002), se trata del “producto más distinguido” de la programación latinoamericana puesto que, la telenovela, “además de reflejar rasgos de identidad, aglutina grandes audiencias frente a los televisores, provocando distintos sentimientos y evocando diversas aspiraciones”.
Fotos de las etapas:
"NBC"
Video de la primera Televisión Latina
viernes, 26 de octubre de 2012
1.5 Una televisión internacional.
La internacionalización de los programas es una tendencia observable a lo largo de la historia de la televisión.
La Europa de posguerra, un continente partido en dos, fue el escenario donde surgieron dos grandes redes de cooperación técnica e intercambio de información y programas. Por un lado, Eurovisión, creada por la Unión Europea de Radiodifusión (UER) a mediados de los años ’50. Por otro, Intervisión, en parte, una respuesta de la comunista Organización Internacional de Radio y Televisión (OIRT) a la apuesta de la UER. Años más tarde, en 1993, el cambio de las relaciones políticas y la desintegración del bloque soviético propiciarían la fusión de la OIRT con la UER.
Por su parte, en el continente americano venía funcionando, desde 1946, laAsociación Interamericana de Radiodifusión (AIR). En el resto de las regiones se fueron conformando asociaciones similares: la URTNA africana (1962), la ABU asiática (1964), la ASBU para los países árabes (1969), la CBU caribeña (1970), etcétera.
Gran parte de los intercambios entre países y entre organismos internacionales se basa en la difusión de programas a través de los satélites de comunicaciones. Así, desde el lanzamiento del primer satélite sputnik, en 1957, y de satélites cada vez más perfeccionados, estadounidenses, rusos, luego europeos, japoneses, etc., los intercambios de informaciones y de programas se multiplican (Flichy, 1993).
Con el correr de los años la relación televisión-satélite fue dando fruto a una escalera de hitos históricos. En julio de 1962, el Telstar I, permitió “viajar” a una imagen televisiva entre EEUU y Europa. Un año después, el primer satélite geoestacionario, el Syncom III, permitió a estadounidenses y europeos seguir los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Años más tarde, tuvo lugar la publicitada“primera transmisión planetaria”: el programa Nuestro Mundo se difundió en simultáneo para 31 países.
Ante estos avances, los gobiernos vieron la necesidad de crear una red mundial de satélites de comunicaciones. El Early Bird, puesto en órbita en 1965 por el consorcio privado internacional Intelsat, fue el primer satélite que tuvo esa finalidad..
También por esos años hicieron su aparición los satélites de difusión directa(DBS, Direct Broadcast Satellite), los cuales permitían la difusión de una decena de señales de televisión hasta antenas parabólicas “domésticas” y de éstas al televisor.
Hacia 1989, la fusión del decano de los satélites europeos de televisión, Sky Channel, con el consorcio British Satellite Broadcasting, dando nacimiento aBskyB (hoy, Sky Digital), dio el pistoletazo para la segunda generación de operadores televisivos vía satélite. En poco tiempo la creación de diversas plataformas multicanales vía satélite en todos los países fue un hecho.
Un paso más se dará cuando las plataformas satelitales se digitalicen totalmente. Así, en EEUU se lanza, a mediados de 1994, Direct TV. Mientras que en la UE, Canal Satellite Numérique, filial de Canal Plus (Francia), se convertirá en la primera plataforma digital europea.
Al finalizar el 2000 un informe auspiciado por Eutelsat indicaba que en los países de la UE se contaba con 15 millones de receptores de televisión por satélite; siendo los británicos (cinco millones), los franceses (tres millones), y los italianos y españoles (dos millones cada uno) sus principales usuarios.
lunes, 15 de octubre de 2012
1.4 La expansión (1950-1959)
Los años 50 han sido calificados por muchos analistas
como aquellos del “gran salto de la televisión
en el mundo”, puesto que es entonces cuando los servicios
regulares de televisión se extendieron gradualmente por
las grandes urbes del mundo.
Así, por ejemplo, México y Brasil contaron con una programación regular a partir de 1950; Holanda y Argentina, al año siguiente; Italia, Alemania Oriental y Venezuela, hacia 1952; Bélgica, Dinamarca, Polonia, Checoslovaquia y Canadá, en 1953; Austria, Luxemburgo y Mónaco, en 1955; España y Suecia, en 1956; Portugal, un año más tarde; y, Suiza, Finlandia, Yugoslavia, Hungría, Rumania y China, en 1958.
En la gran mayoría de los casos la cobertura geográfica de las televisiones era muy pequeña (de carácter local diríamos hoy día), y eran pocas las horas del día en que se transmitían imágenes. Asimismo, la presencia del televisor en los hogares no estaba extendida; a cambio, distintos lugares públicos -como los bares- servían de escenario de encuentro a los telespectadores.
Frente a este panorama, gobiernos y empresarios dedicaron esfuerzo e imaginación, a construir redes nacionales de televisión hertziana. Para ello se instalaron nuevas emisoras, postes repetidores y líneas de cables. Las grandes distancias y los accidentes topográficos debían rendirse ante un sistema planificado.
Por ejemplo, en Francia, el Gobierno lanzó, en 1954, un plan nacional quinquenal que contempló el emplazamiento de 45 transmisores de televisión. El plan tuvo su razón de ser en el bajo porcentaje de hogares con televisor (en 1953, sólo 60.000 aparatos) y en la falta de cobertura de todas las regiones del “hexágono”.
Sin embargo, un país se destaca por la conformación de una poderosa industria televisiva: EEUU. Hacia 1952 se calcula que unas 108 emisoras estadounidenses alimentaban las pantallas de unos 21 millones de televisores.
Al ritmo que crecía el número de emisoras y televisores se disparaba la publicidad que explotaba este nuevo medio. Las cifras son reveladoras: de una inversión publicitaria de un poco más de 10 millones dólares, en 1950, se pasó a 1.500 millones, en 1960. A comienzos de los años ’50 la diferencia entre los EEUU y el resto de los países desarrollados era notoria. Durante los primeros meses de 1952, en Gran Bretaña sólo se habían vendido 1,2 millones de televisores, en Francia cerca de 10.558, y en la entonces Alemania Federal apenas se contabilizaban tan sólo 300 aparatos.
El encanto de la televisión comenzaba a causar furor en otras culturas. En Japón, la televisión pública, la NHK (Japan Broadcasting Corporation), comenzó a operar en 1953 y al año siguiente hizo lo propio la primera estación comercial.
Un importante avance técnico registrado fue la incorporación del color a las transmisiones televisivas. Las grandes compañías estadounidenses fueron las primeras en proponer un sistema de televisión color: el NTSC. Con la aprobación de la FCC, EEUU se convirtió, en 1953, en el primer país en contar con televisión color. Hoy el NTSC está en funcionamiento en los EEUU, Canadá y Japón, entre otros países.
Posteriormente en Europa se puso en marcha una serie de investigaciones para perfeccionar el sistema estadounidense. Los resultados de éstas dieron lugar a dos sistemas de televisión color. En 1959, el Gobierno galo puso en marcha un sistema denominado SECAM; mientras que en Alemania Telefunken- ideó el sistema PAL (en 1963. Así las cosas, como indican Albert y Tudesq (2001), “en los años 1962-1965, los países de Europa no supieron elegir un sistema único y hoy en día, si el PAL ha ganado el mercado de los principales países europeos occidentales, el SECAM se ha impuesto en los países del Este, en numerosos países del cercano Oriente, en algunos países de América Latina y en África francófona”.
Así, por ejemplo, México y Brasil contaron con una programación regular a partir de 1950; Holanda y Argentina, al año siguiente; Italia, Alemania Oriental y Venezuela, hacia 1952; Bélgica, Dinamarca, Polonia, Checoslovaquia y Canadá, en 1953; Austria, Luxemburgo y Mónaco, en 1955; España y Suecia, en 1956; Portugal, un año más tarde; y, Suiza, Finlandia, Yugoslavia, Hungría, Rumania y China, en 1958.
En la gran mayoría de los casos la cobertura geográfica de las televisiones era muy pequeña (de carácter local diríamos hoy día), y eran pocas las horas del día en que se transmitían imágenes. Asimismo, la presencia del televisor en los hogares no estaba extendida; a cambio, distintos lugares públicos -como los bares- servían de escenario de encuentro a los telespectadores.
Frente a este panorama, gobiernos y empresarios dedicaron esfuerzo e imaginación, a construir redes nacionales de televisión hertziana. Para ello se instalaron nuevas emisoras, postes repetidores y líneas de cables. Las grandes distancias y los accidentes topográficos debían rendirse ante un sistema planificado.
Por ejemplo, en Francia, el Gobierno lanzó, en 1954, un plan nacional quinquenal que contempló el emplazamiento de 45 transmisores de televisión. El plan tuvo su razón de ser en el bajo porcentaje de hogares con televisor (en 1953, sólo 60.000 aparatos) y en la falta de cobertura de todas las regiones del “hexágono”.
Sin embargo, un país se destaca por la conformación de una poderosa industria televisiva: EEUU. Hacia 1952 se calcula que unas 108 emisoras estadounidenses alimentaban las pantallas de unos 21 millones de televisores.
Al ritmo que crecía el número de emisoras y televisores se disparaba la publicidad que explotaba este nuevo medio. Las cifras son reveladoras: de una inversión publicitaria de un poco más de 10 millones dólares, en 1950, se pasó a 1.500 millones, en 1960. A comienzos de los años ’50 la diferencia entre los EEUU y el resto de los países desarrollados era notoria. Durante los primeros meses de 1952, en Gran Bretaña sólo se habían vendido 1,2 millones de televisores, en Francia cerca de 10.558, y en la entonces Alemania Federal apenas se contabilizaban tan sólo 300 aparatos.
El encanto de la televisión comenzaba a causar furor en otras culturas. En Japón, la televisión pública, la NHK (Japan Broadcasting Corporation), comenzó a operar en 1953 y al año siguiente hizo lo propio la primera estación comercial.
Un importante avance técnico registrado fue la incorporación del color a las transmisiones televisivas. Las grandes compañías estadounidenses fueron las primeras en proponer un sistema de televisión color: el NTSC. Con la aprobación de la FCC, EEUU se convirtió, en 1953, en el primer país en contar con televisión color. Hoy el NTSC está en funcionamiento en los EEUU, Canadá y Japón, entre otros países.
Posteriormente en Europa se puso en marcha una serie de investigaciones para perfeccionar el sistema estadounidense. Los resultados de éstas dieron lugar a dos sistemas de televisión color. En 1959, el Gobierno galo puso en marcha un sistema denominado SECAM; mientras que en Alemania Telefunken- ideó el sistema PAL (en 1963. Así las cosas, como indican Albert y Tudesq (2001), “en los años 1962-1965, los países de Europa no supieron elegir un sistema único y hoy en día, si el PAL ha ganado el mercado de los principales países europeos occidentales, el SECAM se ha impuesto en los países del Este, en numerosos países del cercano Oriente, en algunos países de América Latina y en África francófona”.
1.3 Un nuevo comienzo (1946-1949)
Concluida la II Guerra Mundial, Gobiernos y los sectores industriales ligados a la televisión (compañías emisoras y fabricantes de aparatos receptores) volvieron su mirada a la pequeña pantalla en un contexto de recuperación social, económica y tecnológica. Por entonces, en muchos países europeos fueron frecuentes las pruebas públicas de televisión con la finalidad dar a conocer el nuevo medio. Así, en España, la empresa holandesa Philips y la corporación estadounidense RCA organizaron en 1948 sendas exhibiciones públicas de televisión en Barcelona y Madrid respectivamente.
En Gran Bretaña, la emisora pública BBC remozó sus instalaciones y volvió a transmitir imágenes a mediados de 1946. A este nuevo comienzo le siguió un desarrollo lento y constante: sólo en 1960 se completó la cobertura de todos los rincones de las islas, y en 1962 se contabilizaron cerca de 12 millones de televisores.
En Francia, si bien las tropas de ocupación nazis pusieron nuevamente en funcionamiento los estudios parisinos hacia 1943, los pocos telespectadores franceses de entonces pudieron disfrutar de doce horas semanales de programación regular del primer canal público recién en el otoño de 1947; con anterioridad, las fuerzas políticas francesas habían promulgado la nacionalización de radiodifusión gala.
En el lado occidental y capitalista de una Alemania derrotada y dividida en dos, los Aliados impusieron a la radio y televisión alemana la descentralización por länder, dando lugar a uno de los sistemas federales más complejos del mundo. En diciembre de 1952, la Nordwest Deutscher Rundfunk fue la emisora pionera de este nuevo comienzo.
Del otro lado de “la cortina de hierro”, los estudios de Moscú volvieron a poner imágenes en el aire de forma irregular a partir de mayo de 1945 para, finalmente, regularizar las transmisiones a partir de 1948.
En los EEUU el crecimiento económico de posguerra tuvo su correlato en el crecimiento del número de emisoras, horas de programación y televisores en los hogares. Algunos de los programas creados en ese entonces se revelarían clásicos con el paso de los años (por ejemplo, El show de Sullivan o Martín Kane, detective privado). Por su parte, la FCC, estableció en 1947 la normalización técnica de todas las emisiones televisivas, lo cual dio lugar al reinicio de la expansión del medio por todo el país.
A medida que los servicios de televisión se regularizaron fueron ganando fervorosos televidentes allí donde comenzaban las emisoras y estableciendo unnovedoso equilibrio en relación a los otros medios de comunicación de masas (prensa, cine y radio). Asimismo se perfilaron dos modos diferenciados de entender la televisión en Occidente: mientras que en los EEUU, y luego en Iberoamérica, la industria televisiva se asentó en redes de empresas privadas y comerciales en competencia (cuyas cabeceras eran la ABC, la NBC y la CBS), en la Europa del Oeste de posguerra la reconstrucción implicó la construcción de fuertes sistemas públicos y nacionales de radio y televisión.
lunes, 8 de octubre de 2012
1.2. El nacimiento (1935-1941)
Hacia mediados de la década de 1930 gobiernos y compañías televisivas de los países tecnológicamente más desarrollados se decantan por la televisión electrónica, al tiempo que las transmisiones tienden a regularizarse y a crecer en las principales urbes (Londres, Berlín, París, Nueva York).
En los EEUU -pese a la temprana apuesta por la vía electrónica- el desorden fue moneda corriente: las definiciones técnicas de la televisión variaban año a año (de 240 líneas, en 1933, a 525 líneas, en 1941). La primera emisora en establecer un servicio regular fue la National Broadcasting Company (NBC), subsidiaria de la RCA, en marzo de 1939; sin embargo, el organismo regulador de la radio y la televisión, la Federal Communications Commission (FCC), sólo autorizó la televisión comercial en 1941.
En Francia, donde diversos equipos de especialistas venían trabajando desde finales del siglo XIX en la puesta a punto del nuevo medio, fue René Barthélemy quien instaló (abril de 1935) un estudio de televisión en la parisina Escuela Superior de Electricidad y utilizó la Torre Eiffel como soporte de la primera antena emisora. En pocos años (1935-1939) los franceses adoptaron el sistema electrónico.
Alemania es otro país donde la actividad en torno a la televisión fue intensa. Ejemplo del avance en materia televisiva experimentado entonces, fue la retransmisión en directo de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. La recepción de las emisiones tuvo lugar en lugares públicos: “teatros” con capacidad para 50 personas y pantallas de cerca de dos metros de diagonal (Palacio, 1992). Hacia 1937 los alemanes perfilaban su propio sistema electrónico de televisión con una definición de 441 líneas.
Algo más rezagados en el liderazgo televisivo se encontraban Italia (en 1941 tenía una televisión experimental de 441 líneas) o la URSS (adoptó un sistema electrónico de 343 líneas hacia 1937).
Pese a las fuertes inversiones económicas de la industria de la radio estadounidense (sólo en investigación y compra de patentes la RCA invirtió 9 millones de dólares durante 1930-39) y de los Estados británico y alemán, la ausencia de una producción industrial de aparatos receptores lastraba el desarrollo de la televisión. Fue en Gran Bretaña en 1937 y en los EEUU en 1939 cuando tuvieron lugar las primeras fabricaciones en serie de aparatos para uso doméstico-familiar.
Sin embargo, los avances en materia televisiva experimentados entonces se vieron congelados y las transmisiones en Europa suspendidas ante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Así, por ejemplo, en septiembre de 1939 la BBC decide interrumpir sus 14 horas semanales de programación a partir de la declaración de guerra del Gobierno británico a Alemania. En tanto que, en los EEUU, país que en 1941 contaba con cerca de cinco mil aparatos y las primeras quince licencias de emisoras comerciales, el Gobierno prohibió la fabricación de televisores orientando los recursos de la industria electrónica hacia la Guerra en curso.
http://www.youtube.com/watch?v=zwceieLHQso
1.1 La prehistoria de la televisión
La prehistoria de la televisión abarca un amplio período que se
extiende, aproximadamente, desde finales del siglo XIX hasta 1935. Durante este
período un puñado de investigadores en los países tecnológicamente más avanzados
(EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania) buscan transmitir imágenes a distancia:
la televisión. Como ya se había logrado con el sonido, se trataba de
captar imágenes utilizando una cámara,
transmitir esas imágenes a través del aire y
recibirlas en un aparato receptor a cierta distancia de donde
originariamente se habían captado.
Como afirman los investigadores franceses Pierre Albert y Andre-Jean Tudesq (2001) en su clásico libro Historia de la radio y la televisión, la televisión es el resultado de la conjunción de tres series de descubrimientos: los referidos a la fotoelectricidad (la capacidad de ciertos cuerpos de transformar energía eléctrica en energía luminosa), los referidos a los procedimientos de análisis de fotografías transformadas en líneas de puntos claros u oscuros, y, por último, los que han permitido utilizar las ondas hertzianas para la transmisión de las señales eléctricas correspondientes a cada punto de una imagen.
Luego de una serie de inventos, marchas y contramarchas, en los años ’20 surgen los dos primeros modelos de televisión: por un lado, la televisión mecánica, por otro, la televisión electrónica. Ambas se desarrollaron de forma paralela y accidentada en un período caracterizado por la lucha, fundamentalmente en los EEUU y en Gran Bretaña, entre distintas compañías e inventores por la adopción de un estándar técnico en los sistemas de difusión y recepción de imágenes.
La televisión mecánica, el primer modelo en funcionar, se basó en el disco de Nipkow mediante el cual una imagen era explorada mecánicamente por un haz luminoso que repercute en una celda fotoeléctrica produciendo una corriente eléctrica variable. Este modelo tuvo a su gran defensor en el escocés John Baird, quien una vez creada la primera compañía de televisión del mundo (Televisión Limited, 1924), obtuvo dos años después una licencia experimental. Y un tiempo después, el 10 de septiembre de 1929, Baird -en colaboración con la British Broadcasting Corporation (BBC) de Londres- comenzó con emisiones de prueba.
La definición de las imágenes del sistema mecánico empleado por Baird (originalmente 30 líneas y 12,5 imágenes por segundo), a pesar de que mejoró notablemente con el transcurso del tiempo, siempre fue pobre en comparación con el sistema electrónico.
Por su parte, la televisión electrónica se basó en el inoscopio (un aparato capaz de “traducir” imágenes en señales electrónicas), creación del científico ruso-norteamericano Vladimir Zworykin trabajando en la compañía estadounidense Radio Corporation of America (RCA) hacia finales de los años 20. Así, en 1931 la RCA colocó una antena emisora en la terraza del Empire State Building, el edificio más alto de Nueva York, y comenzó con sus transmisiones experimentales.
En forma concurrente, del otro lado del Atlántico, la inglesa Electrical and Musical Industries (EMI) se lanzó a trabajar en el terreno de la televisión electrónica. Los ingenieros de EMI realizaron una demostración a la BBC sobre su sistema televisivo. Los especialistas no tuvieron dudas: la calidad de este sistema era muy superior (tres veces más líneas por imagen y dos veces más imágenes por segundo). Las horas de la televisión mecánica estaban contadas...
Como afirman los investigadores franceses Pierre Albert y Andre-Jean Tudesq (2001) en su clásico libro Historia de la radio y la televisión, la televisión es el resultado de la conjunción de tres series de descubrimientos: los referidos a la fotoelectricidad (la capacidad de ciertos cuerpos de transformar energía eléctrica en energía luminosa), los referidos a los procedimientos de análisis de fotografías transformadas en líneas de puntos claros u oscuros, y, por último, los que han permitido utilizar las ondas hertzianas para la transmisión de las señales eléctricas correspondientes a cada punto de una imagen.
Luego de una serie de inventos, marchas y contramarchas, en los años ’20 surgen los dos primeros modelos de televisión: por un lado, la televisión mecánica, por otro, la televisión electrónica. Ambas se desarrollaron de forma paralela y accidentada en un período caracterizado por la lucha, fundamentalmente en los EEUU y en Gran Bretaña, entre distintas compañías e inventores por la adopción de un estándar técnico en los sistemas de difusión y recepción de imágenes.
La televisión mecánica, el primer modelo en funcionar, se basó en el disco de Nipkow mediante el cual una imagen era explorada mecánicamente por un haz luminoso que repercute en una celda fotoeléctrica produciendo una corriente eléctrica variable. Este modelo tuvo a su gran defensor en el escocés John Baird, quien una vez creada la primera compañía de televisión del mundo (Televisión Limited, 1924), obtuvo dos años después una licencia experimental. Y un tiempo después, el 10 de septiembre de 1929, Baird -en colaboración con la British Broadcasting Corporation (BBC) de Londres- comenzó con emisiones de prueba.
La definición de las imágenes del sistema mecánico empleado por Baird (originalmente 30 líneas y 12,5 imágenes por segundo), a pesar de que mejoró notablemente con el transcurso del tiempo, siempre fue pobre en comparación con el sistema electrónico.
Por su parte, la televisión electrónica se basó en el inoscopio (un aparato capaz de “traducir” imágenes en señales electrónicas), creación del científico ruso-norteamericano Vladimir Zworykin trabajando en la compañía estadounidense Radio Corporation of America (RCA) hacia finales de los años 20. Así, en 1931 la RCA colocó una antena emisora en la terraza del Empire State Building, el edificio más alto de Nueva York, y comenzó con sus transmisiones experimentales.
En forma concurrente, del otro lado del Atlántico, la inglesa Electrical and Musical Industries (EMI) se lanzó a trabajar en el terreno de la televisión electrónica. Los ingenieros de EMI realizaron una demostración a la BBC sobre su sistema televisivo. Los especialistas no tuvieron dudas: la calidad de este sistema era muy superior (tres veces más líneas por imagen y dos veces más imágenes por segundo). Las horas de la televisión mecánica estaban contadas...
historia mundial de la TV
Introducción
La prehistoria de la televisión abarca un amplio período que se extiende, aproximadamente, desde finales del siglo XIX hasta 1935. En principio surgirán dos modelos: la televisión mecánica defendida por John Baird y la televisión electrónica creada por el investigador ruso-norteamericano Vladimir Zworikyn.
Aunque la televisión mecánica de Baird empezó a sus emisiones un poco antes que la televisión electrónica de Zworikyn, lo cierto es que la superioridad técnica de esta última se impuso.
En este bloque podrás conocer cómo fueron estos comienzos y cómo pasó de ser un invento de laboratorio a convertirse en un medio al alcance del público. Interrumpido por la I Guerra Mundial, su desarrollo se retomó al acabar la contienda permitiéndole ocupar su puesto entre los medios de comunicación más extendidos como la prensa o la radio.
Cumplida la etapa de nacimiento y consolidación, llegará la época del color y, tras ella, la internacionalización del medio y de sus contenidos. Esta vocación internacional impulsó el lanzamiento de los primeros satélites de comunicación y de otras tecnologías como la distribución de señal televisiva por cable.
Por otro lado la televisión se extiende a continentes como Iberoamérica y, en otro sentido, se crea una necesidad aparentemente opuesta que es la de contar con contenidos de carácter local. Con la televisión local se completa la presencia de la televisión en todos los ámbitos de socialización del individuo, desde lo global hasta lo local.
La prehistoria de la televisión abarca un amplio período que se extiende, aproximadamente, desde finales del siglo XIX hasta 1935. En principio surgirán dos modelos: la televisión mecánica defendida por John Baird y la televisión electrónica creada por el investigador ruso-norteamericano Vladimir Zworikyn.
Aunque la televisión mecánica de Baird empezó a sus emisiones un poco antes que la televisión electrónica de Zworikyn, lo cierto es que la superioridad técnica de esta última se impuso.
En este bloque podrás conocer cómo fueron estos comienzos y cómo pasó de ser un invento de laboratorio a convertirse en un medio al alcance del público. Interrumpido por la I Guerra Mundial, su desarrollo se retomó al acabar la contienda permitiéndole ocupar su puesto entre los medios de comunicación más extendidos como la prensa o la radio.
Cumplida la etapa de nacimiento y consolidación, llegará la época del color y, tras ella, la internacionalización del medio y de sus contenidos. Esta vocación internacional impulsó el lanzamiento de los primeros satélites de comunicación y de otras tecnologías como la distribución de señal televisiva por cable.
Por otro lado la televisión se extiende a continentes como Iberoamérica y, en otro sentido, se crea una necesidad aparentemente opuesta que es la de contar con contenidos de carácter local. Con la televisión local se completa la presencia de la televisión en todos los ámbitos de socialización del individuo, desde lo global hasta lo local.
viernes, 5 de octubre de 2012
Presentación :)
Hola este es nuestro blog somos Graci, Patri, Alicia y Desi. En este blog vamos a intentar trabajar día a día sobre lo que vamos a ir viendo en el curso sobre el ámbito del cine, teatro, televisión...esperemos que os vaya gustando y nos visiteis mucho ! :)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)